lunes, 21 de mayo de 2007

XIII

...He abarcado casi todo por vos en esta tarde
y aquí sigo inventándole al tiempo, más tiempo.

Y deshojándole al espacio las margaritas
que pienso regalarte el día de nuestro encuentro.

XIII

Vi morir en silencio
a las cinco de la tarde
a un ave que llegó a mi ventana
y eran las cinco de la tarde.

Vi volar un pájaro en esta ría
antes de las cinco la tarde
y en sus alas llevaba otro ave
a las cinco de la tarde.

Vi a una anciana golpear
con bastón al
calor de otros tiempos
para adelantar el reloj a
las cinco de la tarde.

Vi aparecer del cielo un
escarabajo gigante
que me invito a huir
y me hizo, esconderme en
mi efugio de mi exilio,
en esta habitación
a las cinco de la tarde.

XIV

Le he arrebatado a los yanquis la mentira
que ocultaron hace millones de segundos
en aquellos parajes que nadie conoce,
derramaron siniestros ruidos de millones de bombas
que para ellos es su propia melodía.

Esos nombres que nadie a oído jamás
de su significado antiguo murieron cientos
y de eso no he oído condenar a nadie de otro país,
sólo a Fidel, Agustín y Cayetano.
Para serte sincero, hasta mi vergüenza, lo sabe.
que soy ajeno a mi lengua que no tengo pero
porque hace mucho años, por los años treinta
asesinaron a 30 mil luchadores del futuro
y todos sin equivocarme eran indios, mestizos
y algún que otro criollo con nombre Farabundo.

XV

Por cierto qué es de tus oídos musicales esas noches
en que la cigarras cantan con voz monótona y chillona

Te sonríe el vientre a mis caricias o,
es que hasta el silencio te produce hormigueo cuando
recuerdas mis manos que anda por tus pechos.
Por cierto, ese dolor que vos tenés dejó de ser el mismo
cuando te fuiste, ayer a las cinco de la mañana.

No hay comentarios: