jueves, 17 de mayo de 2007

II

Quien tiene miedo de rumiar
a la esperanza es
doblemente cobarde
A ella se le cuida como
quien cuida a un geranio en flor.

Quien oculta la sonrisa
a los ángeles de nadie
se queda como siempre
hablando solo,
se queda como aquél
enjambre de abejas asesinas,
que no tienen una reina
que atender, mejor así
la república es mejor
a una reina o rey.

Quien oculta la mentira
aún sabiéndola
es cómplice de
los medias cara pálida.

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