sábado, 2 de junio de 2007

XXI

Te amaré aunque
no estés en mis
tres meses que
todavía no llegan.

Te acompañaré a ese
sitio de otros tiempos
y viviré con vos mientras
no se enteren las monjitas.
Seré pasión sin
que sea pasionista.
Te escribiré
incluso cuando vague
por este pequeño
continente de otros viajes.
Cuando vos no estés te llevaré
a mi izquierda todo el tiempo.

Abrazaré la cruel
canción que no poseo
cuando vos no estés
aquí conmigo o donde sea
Te alcanzaré hasta mi
viejo continente equivocado.


XII

Las horas de hoy
son como la vida de una mujer
que se come sus dos
imaginarios cangrejos.

A vos te las entrego para que
hagás con ella lo que querrás.
Para que vos veas la verdad
que hay en mis dos manos marchitas.
Te doy hasta el hálito que me
queda para que vivás como vos querrás
Para que me amés como
vos creás que aman los amantes.


Mi castellano es lo único
que me queda de lo que soy
Es lo único que me queda para
que me identifiquen de donde vengo.
Si vos querés esa
imaginaria y rebelde lengua,
ahí esta, hablando
como urraca parlanchina
para no quedarme dormido mientras
algo muere cada día
en ese continente equivocado.

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