...todo queda entre vos y yo. Que envidia para aquellos que nos ven todos los días. Los que no nos ven se pierden la semejanza plenitud que nos esta uniendo en el silencio de este botxo que se me escapa a veces. Antes que termine este día te ofrezco mis historias que yo invento en tu ausencia. Amando a la cenicienta mujer que no está conmigo. Yo cabalgo día y noche en tu cuerpo desnudo sin que te percates de mis caricias, incluso imagino unos besos que te lanzo a tus caderas.
Yo desgloso las canciones de otros ancianos y te las ofrezco porque sos lo que más quiero. Te he dicho muchas veces que mi pecho se esta quedando pequeño para lo que estoy sintiendo por tu nombre, y por tus ojos; por tus besos y por tus brazos; por tus manos y tus caderas, ellas, son mi rítmica melodía de otras tardes..., por todo lo que en el fondo tenés y que solamente yo descifro en mi silencio..., con ese bendito incienso que me acerca a tus senos y a tus piernas cuando vos, no estas. Por todo eso y mucho más, te voy a echar de menos el día de mi muerte.
sábado, 9 de junio de 2007
preparando el final
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