martes, 11 de diciembre de 2007

lo admito

Escrupulosamente
admito
que soy ajeno
a la oligarquía.

Esa que en vez de beber
de su propio pozo
bebe del agua maldita
de las codicias.
Esa que liba de los hombres
solidarios
la permanente entrega a
una cercana utopía.

Soy más amigo
de los que luchan
por esa utopía
que cada vez son mejores
menores e insignificantes.
Prefiero la"insignificación"
de nuestras "perifería"
a la oligarquía que
con ferocidad devora
la fertilidad de los mortales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que curioso, vengo de vez en cuando a leerte y me voy con un sabor de tu poesía que sabe a eso, a poema. me gusta la manera en que escribes a tientas sueltas las palabras.

un saludo amigo, y que sigas escribiendo como lo haces.

Patricia M. Sartor dijo...

"Prefiero la"insignificación"
de nuestras "perifería""

somos dos...
o somos uno?